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Nutrición en la enfermedad

Nutrición en la enfermedad. Desde hace algunos años nos encontramos en una etapa de transición epidemiológica donde existe un descenso en la mortalidad por enfermedades infecciosas pero un incremento de las enfermedades crónico-degenerativas que están relacionadas con cambios negativos en el estilo de vida como el sedentarismo y una alimentación inadecuada. Estas enfermedades pueden ser prevenidas o controladas si se sigue un plan de alimentación correcto y un nivel de actividad física adecuado. Entre las enfermedades crónico-degenerativas más frecuentes y que se relacionan con el estilo de vida encontramos:

Sobrepeso y obesidad

El sobrepeso y la obesidad son originadas por diversas causas entre las que se encuentran factores ambientales y genéticos. La principal causa de sobrepeso y obesidad es el consumo excesivo  de calorías, actividad física insuficiente o ambas. Para establecer la presencia de sobrepeso u obesidad se calcula un valor de índice de masa corporal (IMC) que es el peso en kilogramos entre la estatura al cuadrado. El sobrepeso se define  como índice de masa corporal (IMC) mayor de 25 a 29; la obesidad se define como un IMC superior a 30. Los adultos obesos corren el riesgo de desarrollar otras enfermedades crónicas como la hipertensión, cardiopatía coronaria, trastornos de lípidos (colesterol y triglicéridos) y diabetes mellitus tipo 2. También puede ocasionar lesiones de las articulaciones, cálculos biliares y trastornos respiratorios
El tratamiento nutricional para el sobrepeso y la obesidad consiste en un programa de alimentación y ejercicios que logre crear un balance energético negativo que favorezca la pérdida de masa grasa y el mantenimiento de la masa muscular.

Diabetes Mellitus tipo 2

Las células del cuerpo requieren de glucosa que les proporciona energía. Esta glucosa es el resultado de una transformación de los carbohidratos (azúcares) que consumimos en la dieta. Pero la glucosa necesita de una hormona llamada insulina que funciona como una llave que abre la puerta de entrada hacia las células. La insulina se produce en el páncreas.
Existen 2 tipos de diabetes que por su origen se clasifican en diabetes mellitus tipo 1 y la diabetes mellitus tipo 2. La de tipo 1 es de origen congénito, es decir que se hereda una deficiencia en la producción de la hormona insulina en el páncreas y por lo tanto la glucosa queda circulando en la sangre y no es utilizada por las células como fuente de energía. En la diabetes mellitus de tipo 2 se produce suficiente insulina pero los receptores (la cerradura de la puerta de las células) no reconocen a la insulina (la llave) y por lo tanto la glucosa no puede entrar.
Cuando esto sucede es necesario disminuir la cantidad de carbohidratos simples (azúcar) y preferir los carbohidratos complejos (cereales, verduras, frutas, tubérculos) porque estos tardan más tiempo en entrar a la circulación sanguínea permitiendo mantener un nivel constante u saludable de glucosa en la sangre.

hiperlipidemias (alteraciones en niveles de colesterol, triglicéridos)

la hiperlipidemia se refiere al aumento, en la sangre del colesterol o los triglicéridos. Las grasas que consumimos a través de la dieta pueden o no estar ligadas a pequeñas proteínas. Las que sí se encuentran ligadas se llaman lipoproteínas y se clasifican según su densidad en lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol bueno, lipoproteínas de baja densidad (LDL) y lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). Las de baja y muy baja densidad tienen menor cantidad de proteína ligada a su estructura. Estas lipoproteínas se adhieren a las paredes de las venas y arterias y se endurecen o se hacen tan gruesas que obstruyen la circulación sanguínea provocando la muerte de los tejidos que no reciben la sangre oxigenada. Las hiperlipidemias son causadas por un excesivo consumo de lipoproteínas de baja y muy baja densidad, por inactividad física, factores genéticos, etc.
Para tener un nivel adecuado de éstos lípidos (grasas) en la sangre es suficiente con disminuir la cantidad de colesterol y grasas saturadas de la dieta y llevar un programa constante de ejercicios aeróbicos.

Nutrición en la enfermedad

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